Busco, a pesar de todo,
pasadas alegrías,
remembranzas sumisas
en la nueva vigilia.
Un pasado que evoca
mis primeras huidas,
a ese mundo que amo
con libertarias rimas.
Busco un sol, que amanezca
temprano en la rutina
de calentar los huesos
de las viejas consignas
y, arropando el paisaje,
prueba su ruta antigua,
trayendo claridades
al son de alguna música.
Y, cimentando el alma,
con deseos de rimas,
esconde en mi horizonte
el grito de recuerdos,
a través de mí misma,
y argumentando todo
lo que amarra, furtiva,
va creciendo en el río
de la esperanza henchida,
idealizando metas,
más allá de los sueños
cercanos a mi orilla.
Busco lo que no tengo,
busco lo que no sueño,
más allá de mí misma,
prodigando en mi alma
las verdades que asustan
y la paz que vigila…
tal vez para frustrarme
con todas mis premisas…
y sigo, trashumante,
negándome, a mí misma,
ese no ser, que siempre,
se burla de mi huida.