Busco la paz que nace
de los momentos idos
cuando recuerdas todo
lo que pudo perderse
sin encontrar olvidos.
Y la tarde, que marcha,
con todos sus motivos
aquieta la esperanza
de ese mundo elegido.
Busco para alegrarme
los recuerdos surgidos
en la alegría primera
de todo el espejismo:
los rostros que conoces,
las risas que sentimos
entre un detalle y otro
que nos fuera distinto
por la alegría o tristeza
que siempre presentimos.
Busco el abrazo just
al al abrazar la tarde
tendida como un eco
de todos los detalles,
encontrándonos juntos
dispuestos al alarde
de seguir siendo siempre
ese amor que ya vuela,
¡para no llegar tarde!