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En la noche,  caben todas las noches  que recupero a ciegas.  Caben todos los sueños  y añoranzas perdidas,  caben todos los si  y los no que no he dicho,  caben todas las zafras  de mi

A conciencia: estar sin estar, quedar yerta, apagar sinsabores, jugar al escondijo y esconderse, conocer las ranuras del extenso universo,  yerta en la ineptitud tallada y sin reservas.   Perderse en la llanura de los

Aquí ya comenzó el frío,  está heladita la casa,  los árboles están solos  sin hojas entre sus ramas.  El sol de poquito a poco  se cuela en las nubes blancas,  y una ráfaga de brisa 

El río crece,  crece y crece,  amenazando la orilla.  Los patos juegan  a irse  sin pedalear en las olas  tan rápido  como van  trepando ola  tras ola.  Sus alas  impunemente  juegan sin mover  el cuerpo. 

El cisne pone su altura  en las ráfagas del río  adonde va solo navegando,  sin remo en el remolino.    La mañana toda nieve,  se alza tras de los pinos,  las pocas aves que quedan, 

Tu alma va y viene.  Va y viene,  entre siempres y nuncas…  Renacida de presentes,  como esas olas  que, haciéndose pequeñas  vienen y van  de visitar mi orilla.  Un alma desigual  que no escatima  el

La brisa puso en el río  un torbellino de aguas  danzando sin encontrar  caminos para sus ansias.    Y las gaviotas, que cruzan,  entre marea y marea,  arremolinan sus vuelos  discutiendo quién más vuela.   

Mientras duermo,  mi soledad huye de mí,  cabalga por mis cuadros  y se pinta  de gran melancolía.  Trepa mis horizontes,  se diluye,  evocam, grita,  la siento y le permito  andar sin mí,  desnuda de lamentos… 

Como vuelan las hojas,  vuelas tu:  una vez fija, fija,  creciendo en tus insomi=nios  de estar atada a todo  de por vida.  Una vez verde, verde:  esperanzas bien fijas  dentro de todo alarde.  Una vez

Corriendo en pos de la brisa  pasan las hojas bailando  en un adiós para siempre  latiéndose en los costados,  con su revivir de aires  bajoe el frío y sobre el año.   Así, la brisa

Todas las hojas  desprendidas de otoño  vestidas de estridentes  amarilos, rojos,  púrpuras, vino tintos,  marrones y naranjas,  van de fiesta  temprana.  Apuntándote el frío  en desnudez de ramas,  dicen adiós al tiempo  que renace  en

Ya es invierno  y los sauces  con esas ramas  tan largas,  tornándose amarillas,  va decantando las hojas  que se van  tan a sus anchas  por ese río  cruzando   las veredas  de las casas.  Y el

Como sabemos,  alguna vez las ovejas  se comeran a los lobos.  Como sabemos  alguna vez el pan  alcanzará toda el hambre  derramada en el mundo. Cuestión de militancia  y de protesta.  Cuestión de humanidad,  escalando

En diátriba,  miles de vidas caen  en todas las batallas  que no les pertenecen.  ¿Cuál de ellas dirá  las últimas palabras,  sin herir sentimientos  tras la afrenta  de no desear morir  en un suelo sin

Mientras el cielo juega  con su eterna paleta de colores,  el río corrobora los matices  duplicando las luces  en su seno.  Mientras las nubes corren,  como locas,  hacia el confín lejano  de lo no descubierto,