Desde las plenitudes
a la escasez flagrante.
De ríos impolutos
a exterminio y drenajes.
Así se va la vida,
no importa cuanto aguantes.
Si es plenitud cautiva,
o es la inercia garante
de todo lo que muere
frente a tus pies descalzos
y tu mirada grave.
¿Escasez de recursos?
¿Corazón sin amarres?
¿A la Patria y a todo
lo que ocurra al instante?
Impolutos misterios
que mueren y renacen:
una mirada grave,
un corazón que late,
para una paz que aspira
surgir, multiplicarse…
En la misma rutina
¡que, alguna vez, creaste!