Marzo llega,
te pones bambalinas,
enciendes de amarillo
portales, caminos y colinas.
Entre el verdor promiscuo
haces alarde,
de diseñarle soles a la tarde,
dándole a los poetas
más motivos
para cantarte a ti,
mientras tus flores
hacen de mariposas
en el aire.
Cantándote canciones,
las ramas que se mecen
con suaves aleteos
de aves vegetales,
cuando la brisa pasa
y acaricia
la tupida fluidez
de tu ropaje,
van siguiendo un rumor
que trae siglos
sembrando de estaciones
nuestros viajes.
Hermoso Araguaney,
estoy pintando
con cientos de amarillos,
tu plumaje.