Aquí la pena duerme
su noche de silencios
y despierta estrenando
sus vuelos sin sentido.
y hasta mira, callando,
las ondas en el río,
murmurando los sueños
que tuviera y no han sido.
Aquí pesan las aguas
todos los descontentos,
mirándose en la fragua
de las olas al viento
y convirtiéndose en cantos
los muchos desafíos
de buscar nuevas olas
en el lecho del río.
Aquí sigue la paz
bañándose en la calma
de una callada brisa
con unas trenzas largas
que ya sabe abrazan
hojas y ramas
con la misma dulzura
que acaricia las aguas.
Aquí tan solo hay paz,
sin guerras ni murallas…