Antes de irme:
alguna pasión nueva
que acuse a lo imposible:
el no recubrir mis rosas,
el poder sumergirme
eligiendo los cantos
que me hablan de posibles
renaceres, por dentro,
despertar con trompetas
que anuncien nuevas lides,
nuevo nacer de aromas,
nuevo sabor de libres
cantautores que canten
a la paz de los tantos
que, luchando, perviven…
Antes de irme:
mis banderas al viento
oteando, siempre alerta,
a lo que sobrevive,
y, recreando metas,
sonando en otros mundos
y, tal vez, otros líderes,
pueda estrenar banderas
alternando en ejemplos,
desarrollos y metas
que el mañana prescribe:
lograr la nueva agenda
para los tantos pobres
que, en miseria perviven.
Antes de irme:
con mis brazos en alto,
pido a Dios el milagro
de un mundo más humano.,
donde siempre se pueda
sobrevivir al caos
que la ceguera engendra.
Cuando sólo unos pocos
ganan con las prebendas:
ignorando al que sufre,
diseñando la agenda
para seguir creando
tristezas y desamparo,
muerte, dolor, tinieblas
en un mundo que sufre
de pocas igualdades,
millonario en dólares
y pobre en la justicia
que, a tantos, desespera.
Antes de irme:
un adiós a la vida
que prescribe la gracia
de lo nuestro, en esencia,
de lo tuyo, en principio,
de lo vuestro que oprime
lo de todos que canta
en ese libre albedrío,
ese respeto mutuo,
que siempre sobrevive,
con bandera y justicia
en la tierra de todos,
¡con su canto de libres!