Ante todo y por todo
lo que tengo vivido
doy Gracias a mi Dios,
a la vida, a mi sino.
A todo lo que pide
abrir nuestras creencias
al plano más sublime.
Reverenciar lo mucho
que en la conciencia vive.
Amanecer con Dios
y la Virgen a cuestas
con grandes ilusiones
o con grandes promesas.
Ante todo: las gracias
por lo que me concede,
tantas cosas hermosas,
vividas, compartidas,
inolvidables siempre.
Ante todo, el amor:
¡el mayor de los bienes!