Hay una desnudez comun
entre las hojas
que se asoman y entregan
a la brisa.
Multiformes colores,
graciles bailarinas
van, desnudas de ritos
a jugar con la magia
de las aguas tranquilas
del río, en la mañana.
Los pájaros se alegran,
desplegando las alas,
aletargando el canto
brioso, entre las ramas.
Un sin fin de colores
se mezclan en la zafra
de un huracán de pétalos
bailando sobre el agua.
La luz que ya se filtra
por todos sus cristales,
hace alfombra de cielo,
de nubes y de árboles,
Haciendo caso omiso
de un sol que llega tarde.
Amanece en el río,
amanecer de hadas
en las ondas tranquilas
que nadan en sus aguas.