¡Alo!, soy yo,
soy yo;
yo la que analiza
yo la que investiga
para no perderme
entre tus mentiras.
Yo la que te oye,
yo la que perfila
tu rostro de siempre
con mi mano amiga.
Yo la que deduce,
mientras tu me hilas,
el mundo de cuentos
que cerca tu vida.
Yo la que camina,
camina y camina,
tan al lado tuyo
que parece mía
todita la senda
que a diario caminas.
Yo la que predigo
los males que acechan,
yo la que pregunto
con cierta certeza
si son tus amigos
los amigos tuyos
de la acera opuesta.
¡Alo!, soy yo,
soy yo,
yo la que pregona
los viejos principios
cuando tu me pones
como en entredicho
entre lo que digo
con lo que oyes,
y no hay quien soporte
tus insanos juicios.
¡Alo!, soy yo,
soy yo.
Yo la que repito
que siempre te ama,
vayas donde vayas,
quedes donde quedes,
hagas lo que hagas,
sueñes lo que sueñes,
porque mi cariño,
el que siempre tienes,
es largo y tan fuerte
que da para dos.