Ahora Hasta El Río Sabe
Ahora Hasta El Río Sabe

Ahora Hasta El Río Sabe

Ahora, hasta el río sabe

de las cosas mundanas.

Unos días tranquilo

como un espejo grande

mirando como pasan

los árboles, las casas,

el paisaje completo

como un dia de gracia.

 

Ahora, hasta el río sabe

de alegres vespertinas

aligerando el paso

con sus ondas tranquilas,

llevandose murmullos

que nacen de la brisa,

mientras se caen las hojas

con las nuevas noticias

porque este río siempre

pone atención a todo

lo que encuentra a su paso:

remansos e inquietudes,

alegrías, desmayos,

infortunios y lágrimas,

esfuerzos y cansancios.

Ahora hasta el río sueña

las piedras a su paso

porque lleva los siglos

sembrados en su abrazo

y la tierra lo mima,

ciñéndose al contacto

de un dulce recorrer

tranquilo, anciano y manso,

que, a veces, se desborda

rechazando el contacto.

Ahora,

hasta el río fluye

en mis viejos letargos…

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