Ahora danza el viento
entre las fuertes ramas
y las hojas, bailando,
se mecen a sus anchas.
El cielo es gris oscuro,
previniendo de aguas,
y la luz, diminuta,
se filtra entre las ramas.
No hay el canto de aves
presidiendo la zafra
de la lluvia cayendo
sobre tierra mojada.
Y por más que supongas
lo bueno de las aguas
sobre techos y suelos
sobre campos y rutas.
Espreas ver el sol
abriendo con sus rayos,
y el nítido paisaje,
cuando la luz renace.