A veces
sueles nadar
siguiendo la corriente.
Sueles mentir
con las tontas mentiras,
mirándote al espejo,
que te envía,
la poca conexión
de valentía,
añorando verdades
de por vida.
A veces,
tan solo suspirar
cae en las redes
de las preguntas tontas
que me envías,
y no hay respuesta alguna
que te ayude
a mirar otro mar
de augusta vía.
A veces,
dejar de ser tu misma,
en la diatriba
de ese querer hurgar
en otra vida
que te lleve ilusiones,
si te olvidas
de la apropiada cuenta
que te cerca
llamandote al final
de largas travesías.
A veces,
deberías soñar
las cosas que mereces
sin ese antagonismo
con la vida,
dándote las verdades
desnudas, que te brinda,
más allá del ocaso,
más allá de tu herida,
más allá de las horas
que marcan la vigilia
del futuro que ignoras
y las horas que vibran…