A Veces
A Veces

A Veces

A veces, 

dan ganas de volar, 

sin tener alas, 

perderte entre las nubes, 

naufragar en las aguas, 

izar tres banderolas, 

esconderte a mansalva 

sin que te ayude nada 

que renuncie a la zafra 

de un arsenal de vuelos, 

aunque no tengas alas.  

 

A veces, 

vislumbrar es vivir 

la pena máxima 

y amplificar auroras 

que no regalan nada 

y apuestas a esa tarde, 

esa única tarde 

que clavaste a tu espalda, 

cuando nada ganaste 

para sanar las ansias 

de cualquier vuelo raudo 

sobre el techo del alma. 

 

A veces, 

vale vivir mil veces 

las horas disfrutadas 

sin que nada te culpe 

y sin que nada valga 

ese oscuro deseo 

de refutar al alma 

el tiempo que perdimos, 

aún, sin perder nada, 

tras esa sonrisa tonta 

que todo lo regala…

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