A pesar de los tiempos,
el corazón palpita
con el ritmo que siento
alegrarme la vida:
entusiasmar mis sueños,
caminar sobre las nubes
que agitan nuestros vuelos
sobre la paz, dormida
adosando al momento
todos los despertares
que, alguna vez, vertieron
sorpresas y sonrisas
que nunca perecieron.
A pesar de los años,
encriptados de auroras
seguimos los caminos
unidos al contacto
que amarra nuestras sombras.
Y yo miro el paisaje,
respiro, y sin demora,
acaricio la mano
que, tranquila, retiene
los dedos que ahora sienten
el calor, propiciando
la sonrisa que vuelve
a ese compás de alivio
¡en seguros va y viene!