A Pesar
A Pesar

A Pesar

Aunque las horas preñen 

los límites del río 

con las aguas fugaces 

de un verso, siempre mío; 

yo seguiré esperando 

la vendimia y el frío 

de un tiempo, siempre vano, 

de un verso, siempre mío. 

 

El hastío jugando 

la renuncia temprana, 

las ondas construyendo 

el vaivén de las aguas; 

y yo, aparte, sola, 

por lo que no esperaba, 

sigo tejiendo redes 

con todas  mis batallas. 

 

Y, a pesar de mí misma, 

de lo que no esperaba, 

sigo así, inconsecuente, 

liberando en las aguas 

esa conquista triste 

que, en su crecer, opacan 

esos tristes abismos 

que construí sin trabas 

de mis tontas defensas 

o de mi propia alma. 

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