Es lo más consecuente:
si al árbol de la vida
le buscas ramas idas
sin la savia perenne.
Sólo así corresponde
el futuro al presente.
En el innato fruto
del pasado que vuelve
dando ramajes nuevos
a los brotes que sientes
crecer con nuevos bríos
en mágicos torrentes.
Es árbol:
savia, fruto,
amor, dádiva, muerte,
resurrección y vida,
¡con verder, siempre verde!