Sin tí no es posible ser yo,
y en mis delirios,
torno a ser yo sin tí,
reclamando mis predios.
Esos que soportan
cuando pierdo
toda mi identidad
en tus designios.
Sin tí, me busco
y no me encuentro,
sorprendida,
de la fugaz huida
de mi centro.
Sin tí, suelo olvidar
que tengo miedo
de perder el reflejo
de mi alma,
escondida, aturdida,
en el amado pecho.