Suponiendo, en principio,
la igualdad de los días,
me acostumbro a las sombras
cuando la luz, perdida,
dice todo a mis ansias
y muy poco a mi vida.
El mar lanza sus olas
a la playa que espera,
la fuerza del abrazo,
la espuma de su prisa
el beso, largo, largo,
las húmedas caricias…
Suponiendo que espera
como espera la amante
del amante noticias,
sin ninguna propicia
que le fuera propicia
a ella y al amante,
a la fe y a la vida…