Me lego a tí
como última estrategia
para no separarme
de tu olvido.
Viviendo el más allá
que nunca ha sido,
saboreando lo poco
que aún me queda.
Entregándolo todo,
en el supuesto
de encontrar ese amor,
tal vez, entre mis sueños.
Me lego a tí,
sin límites de auroras
que anuncien evidencias
del cariño que sientes
y que tengo,
allanando los pasos
sin proclamar victorias.
Me lego a tí,
con la contínua fuerza,
tal vez sellando
lo que nos dijimos,
en ese resguardarnos
de espejismos
que elaboran leyendas
tras lo que no tuvimos.
Me lego a tí,
perfecta en mi porfía
de no encontrar
los límites del tedio.
Y me lego, sumisa,
en mis abismos,
legándote mi abrazo,
legándome el olvido.
Mientras, busco la excusa
de excusarme
por lo que pudo ser,
sin haber sido.