Hoy tiene la tristeza
unas trenzas muy largas,
me busca en sus designios
y me encuentra cercana.
Me cuenta de caminos
donde no hay esperanzas
y silba, solo cantos
de espera y soledades
de musas y añoranzas.
Hoy viene con el río
mojándose en las aguas
y se erizan las ondas
y las aves se callan
sin querer disgustarla
vuelan un sin querer
sobre la faz plateada.
Hoy, que quiero marcharme,
como el viento que pasa
susurrando en las ramas,
se mofa de mi empeño
coqueteando en las aguas
y yo la sigo, muda
sin tratar de evitarla.
No importa lo que dice,
¡Hoy tengo muda el alma!