Hace ya tanto tiempo
que he venido,
rumiando para mi misma
en mis tristezas,
que este azul,
tan azul,
a mi alma pesa,
negándome alegrías y suspiros.
Cada barca
que hasta mi playa llega,
en busca de su consuelo,
que no tengo
o de unas esperanzas
que no llegan…
Hace rumiar mi alma
y la sonrisa,
se opaca ante las olas
de la espera.
Esta soy yo,
limpidamente hablando
de promesas
que no puedo tener
y que no tengo,
para ofrecer sin treguas,
abandonar sin miedos,
o clamar esperanzas,
logrando sustentar
este futuro cierto
que me plena de mayor soledad
y desacierto.
Es así cuanto aspiro,
es así cuanto sueño,
es así como esquivo
las voces de mis sueños.
Y mi alma esta triste,
por lo que ha perdido
en ese canto triste
de viejas añoranzas.
¿Es sólo fijación
que embalsamada,
vive sin desterrar
las propias cicatrices?
O, ¿es sólo soledad
la que persiste
vistiendo con nostalgia
los días siempre grises?