Sigo soñando pasos
dentro todo imposible.
Sigo rumiando penas
para algo posible:
seguir urdiendo todo
lo que fuera elegible
y tomar los caminos
lo mas largo y creíble
hacia donde la mañana
se diluya en los timbres
de las mágicas gotas
cayendo de los vuelos libres
atomizando todo,
lo oculto y lo visible.
Imposibles aquellos,
de mañana y de siempre,
siempre tejiendo imágenes
que no tienen contexto,
siempre callando todo
lo que llevo por dentro,
en ese eterno estar
que no tiene remedio,
diciéndome las cosas
que desdicen los vientos,
según los imposibles
que te llegan de lejos
haciendo ver la vida
como un eterno juego,
que sin querer no ganas
las ansias de perderlo.
Imposible callarme
lo que estoy pidiendo
cuando ya no hay mañanas
¡para los actos nuevos!