Estás allí
cuando el amor te nombra,
cuando todo se dice
en los silencios,
cuando pasa la brisa
y hace ondas
sobre la faz del río
que ronda tus recuerdos…
Estás allí…
El tiempo tiene siempre
sus juegos y acertijos:
vigilando detalles,
escondiendo los miedos,
sugiriendo las cosas
que pasan y no pasan
y, como un alquimista,
a veces lisonjero,
te rodea de luces
provocando en la ruta
una vez y otra vez
delicias y desvelos…
Estás allí
cuando la noche llega
y se llenan de nubes
los silencios eternos
y, a pesar de las luces
que la noche produce,
detrás de los vaivenes
del amor y los ruegos:
estás ahí, en el siempre
soñar, mientras me alejo…