Es el final, y ahora,
que nunca presentimos
en este estar despiertos
cuando apenas dormimos.
Son estas las palabras
que aunaron los sonidos,
sin esa pertenencia,
abriendo los caminos,
para sentir la ausencia
que ya nos prometimos.
Es el final de todos
los sueños que vivimos
y encontramos, sedientos,
el hambre de ser otros
cuando somos los mismos:
los que pierden, ganando
la libertad sin rumbos;
juntos: la misma acera,
juntos: los desiguales retos
hacia todo, y la vida:
acallándolo todo,
envolviéndolo todo
en los viejos misterios,
o en los nuevos discursos .
Es el final y, ahora,
seguimos caminando,
buscando en los motivos
la esperanza que pueda
volar por castigarnos
o unirse a este momento,
a este momento grato,
cuando los dos buscamos
la pequeña esperanza
tomados de la mano,
mientras el rio corre,
sin evitar mirarnos…