Irme
Irme

Irme

Irme de mí, escondidas 

anegada en la nada 

que circunda mis horas 

y amanecer calmada.

 

Estoy aquí, pulsando 

la quietud del abrazo, 

a veces: pleno sueño, 

aveces: tiempo mágico. 

 

Esconder mi silueta, 

tiempo en el desamparo, 

rogando por los días 

eternamente largos. 

 

Cuando cualquier sonrisa 

ilumina mi rostro 

en cualquier noche quieta 

y en cualquier desenfado. 

 

Y es que tu piel perdura, 

aún en mi regazo, 

porque cada minuto 

se torna largo y cálido. 

 

Y me olvidé, de pronto, 

del tonto desamparo 

que me cubrió de nuevo 

en ese ahogo largo. 

 

Es así como pasan 

los tiempos que soñamos 

a veces cielo oscuro, 

a veces cielo claro…

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