Haciendo estrellas, el sol,
sobre el ritmo de las olas
tiene un festival de luces
que dura horas y horas.
Soñando que son gaviotas,
los versos sueltan amarras
a las palabras que asoman
entre la angustia y la zafra.
En su ondear que acomoda
su latido a mi latido,
el tiempo pasa sin pausa
como buscando caminos
y esa fé que siempre tuve,
y esa fé que siempre ha sido
un relicario a mi espalda
por nunca haberla perdido.
Y yo, que de penas cargo
esas que siempre he tenido,
siento al vaivén de las ondas
el trepidar de mi río,
con una fuerza que nunca
desespera mis sentidos,
va haciendo mi vida a costa
de los sueños que he tenido.