Hoy amanecí anciana:
me dolieron las penas
más lejanas
y me dolieron las penas
más cercanas,
los olvidos olvidados
y los recuerdos que huyeron
aun sin previo aviso
con su carga de arenas
dejándome en el alma
sus legados juicios.
Serpentearon mis dudas
y mis miedos,
sorprendiendo a mi angustia
o mis silencios.
Perdí las huellas
por donde mis pasos
cruzaron raudos
sus caminos largos,
dejando a mis silencios
sin resguardo.
Hoy amanecí anciana
mirándome en el rostro
de las ganas
que fluyen con el ritmo
de mis huesos.
Hoy amanecí anciana
sonriendo ante el crujir
de pasos y de huesos…