La Copa
La Copa

La Copa

En la copa, donde el vino 

resplandece ahora, 

una gota pequeña 

se desliza 

con un brillo de estrella. 

 

Miro a mi Redentor, 

crucificado, 

y veo su tristeza 

dentro de ella. 

 

Allí, en su centro 

los colores parecen 

más dolores que nunca. 

Y el sudario, sangrando, 

explotando en mil gotas, 

nos clama el desarraigo. 

 

Ahora son millones 

de gotas de rocío  

reclamando la sangre 

que siempre se ha perdido. 

 

¿Por qué morir de héroes, 

¿de patriotas?, ¿de dignos? 

¿Por qué la copa llena 

de lágrimas y tristezas 

por sueños diferidos?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp