Mientras pasan las horas,
los pinos se hacen eco
a las tranquilas aves
con sus felices sueños.
Hay música en la tarde
en los largos aleros
y hay rumores de lluvia
que invitan al sosiego.
La paz aquieta ramas,
las nubes se avecinan
y hay un tremor de lluvia
sobre la quieta orilla.
Hay un vaivén de ondas
sobre el río, que avanza,
hacia lejanas fuentes
donde la luz, ¡ya danza!