Así, como caen las hojas,
caen los días…
Con la misma cadencia,
las horas van de viaje
hacia otro amanecer,
hacia otros celajes,
que una vez vislumbramos,
cuando fuimos
motivos de las horas
en su alarde.
Y no nos damos cuenta
de que todo
muere para nacer
de otra manera.
Así se van volcando
ilusiones y canto
hacia otro renacer
en otras tierras.
Así nos va la vida,
acumulándonos
nacer y renacer
en el espectro
de las noches felices
que en el lecho
retozamos por cuenta
de los astros
dándonos el placer
de deleitarnos
en la gran experiencia
de los años.
Así, tan sin pensar
en todos los momentos
que vivimos a diario,
míos, tuyos o nuestros.