Este amor tan rendido
y tan eterno:
¿habrá servido
para espantar los miedos?
¿para hacernos felices
de algún modo
que consiga ignorar
los desaciertos?
¿para sentir que fuimos
y vencimos
al temor de abrazarnos
y vencernos?
Este amor que nos sirve
de calzado:
¿Seguirá para siempre
a nuestro lado
tan altivo, tan loco,
tan callado,
dirigiendo unos pasos
apretados?
¿o alguna vez
abrirá las compuertas
gritando a todo el mundo
que fue cierta
la locura de amarnos
tantos años?