Desde cuando estas triste,
están tristes las aves
que pasaban alegres
la tarde, entre las ramas
de los más altos árboles.
El río, ya no pasa
como pasaba antes,
aligerando el paso
para los caminantes,
que caminando felices
al lado de su cauce.
Desde entonces, mi musa,
sin los motivos de antes,
mantiene los silencios
de los altivos sauces.
Tan sólo bamboleándose
cuando la brisa pasa
y lo obliga a callarse.
Desde entonces,
ya no canto mi canto,
el que cantaba antes.
Aquel que me aprendí
¡sólo para esperarte!
Y el río ya no pasa
como pasaba antes,
hoy fluye más despacio
para alarga su viaje…