Juega a morir la tarde,
detrás del alto cerro,
se ven nubes rojizas
que aumentan, los revuelos
de las aves cruzando
bajo el candil del cielo.
Juega a morir la tarde,
y las palomas danzan
entre árbol y árbol
contando rama y rama,
para hacer sus piruetas
al final de la jornada.
Juega a morir la tarde
y la brisa se calla,
almacenando todas
las noticias guardadas,
mientras cruza colinas
y cerros y enramadas.
Juega a morir la tarde,
como si fuera dadiva,
hay un revuelo inmenso
de cantos y de alas.
Yo miro hacia el paisaje
¡más hermoso que nada!