Me Diste Todo
Me Diste Todo

Me Diste Todo

Me diste todo, surgiendo

entre mis nuevas auroras,

con una nueva ventana

en mi soledad abriendo.

Y así me fuí, enajenando

en mi misma:

el pan y el miedo

para una sola palabra

que, ahora mismo, estoy blandiendo

como el triste relicario

de mi triste desconcierto.

 

Te quiero, me dices, siempre

y aún te digo te quiero.

Como queriendo borrar

de los jardines del cuerpo

el mal recuerdo de siempre

si me esquivo de tus besos,

logrando un querer andar

hacia cualquier derrotero

que me hace volver,

más tarde,

a entregarme por completo.

 

Te quiero, me dices siempre,

y sin entender tu credo,

digo: te quiero, también,

¡siempre pegada a tu cuerpo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RSS
Follow by Email
WhatsApp