¡Qué cosa,
que me enredes en las cosas
que ya no tienen remedio!
Si tu pesar y mi tedio
tienen un mismo camino,
yo no se por qué el destino
nos complica el sentimiento
haciendo de uno lamentos
que es de los dos desatino,
cuando enlaza los destinos
que es de los dos descontento.
¡Qué cosa,
que llores por esas cosas
que se pueden olvidar!
Si tu esperanza y la mía
se cubren de soledad,
entonces, por qué no dar
remedio a las letanías
si la esperanza nos llama
a cancelar los enredos,
cancelemos los enredos
reviviendo la alegría.