Hoy
Hoy

Hoy

Hoy me dejé llevar

por tantas voces,

que parecía un coro 

sobre mi quieta almohada

plenando mis designios y deseos

con un gran abanico de palabras.

 

Unas tendían presentes

a mis contínuas fallas,

tratando de ocultar

lo que empezaba,

en ese laberinto de promesas

que, a veces, me parece

nunca acaban la zafra.

 

Hoy, fue ese día triste

que la lluvia clamaba,

cual si fuera una máscara

cubierta con las lágrimas

y las hojas, contentas,

volteaban y jugaban

con una brisa alegre

que golpeaba y golpeaba,

siguiendo el mismo ritmo

de las gotas de agua.

 

Y yo, que no tengo licencia

para impedir la zafra,

juego a esconderme siempre

en mi mundo de versos

y mi tierra encontrada,

pretendiendo sanar

viejas heridas

que parecen prendidas,

para siempre, ¡en mi espalda!

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