Callados
Callados

Callados

Callados,

asistimos juntos

¡al desastre!

 

Sobre nuestras cabezas,

rumiando los propósitos,

vuelan y multiplican

los tan soñados sueños.

El silencio se trepa

por entre los escombros

y hace muecas,

y muecas,

a las que no respondo.

 

Ya lo que pertenece

se pierde en el silencio.

La pertenencia,

es y será siempre etérea.

Nosotros le pusimos

cintas rojas,

¡y no deben pesar las diferencias!

 

¿El hallazgo de hoy?

es la propia fragilidad,

¡interponiéndose!

No somos lo que fuimos

al principio

de nuestro propio tiempo.

Sin embargo,

saboreamos mil veces

deseos que forjamos,

garantizamos mal

las garantías

que dieron por nosotros

otras almas.

Las nuestras:

siguen hoy de pie,

hurgando cuántos éxitos

nos quedan todavía;

y cuántas ganas

de encontrar saludos.

 

Ante la inmensa puerta

del desastre

brilla una llave única

brindando la salida.

La miramos con miedo

y sonreímos:

¡nos falta ya muy poco

para la gran partida!

 

Callados,

asistimos al desastre

que alguna vez

¡nosotros construimos!

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