Y yo me voy,
hurgando en mis zapatos
las huellas últimas
de mi último camino.
Y yo me voy
hurgando en mis delirios
sin hurtarte los sueños
que has creado.
Aunque no se si aún
tengas tus sueños,
cuando los mios, si,
siguen intactos,
a pesar de las penas
y el cansancio.
Porque son diferentes
tus sueños a mis sueños,
y vivimos así,
con nuestros desencuentros,
más turbados que nada
sopesando lo incierto
de no entender la clave
que subyace entre ellos.
Y yo me voy,
con mi pena inconclusa
y un no sé que de fábula
en la luna,
persiguiendo gigantes
que se esconden,
detrás de los deseos
y las dudas.
No se mucho de ti,
a pesar de los años,
no conozco los límites
que me ocultan tus brazos.
En mi esfera de luces,
de preguntas y tedios,
todo lo sé de tí
sin saber nada.
Pero me voy
y siento en mi demora
un atisbo de paz
en buena hora.