Me hice de hoy,
hoy no podría
conversar de futuros:
me duele la ignominia,
la impiedad, la pobreza.
Hoy lacera el mendigo
palpitando en mi pecho.
Hoy me siento malsana,
alimentando la propia hambre,
sorbiendo el agua de todos
en esta sed que surge.
Mirando desde adentro
las criaturas que sufren,
mientras rimo los versos
sin alegrar mi acento.
Hoy, me hice de hoy
tan repentinamente
que no supuse
cuando empezó mi día.
Me hice de las mil quejas
de todos los destierros,
de la esperanza inútil,
de los llantos sin límites,
de las iniquidades
y de los descontentos.
Hoy, quise quitar de mi
las antiguas cenizas que caían
y me mire humillada
y de rodillas,
rezándole a mi Dios,
tan conmovida, que hoy:
haré míos los cánticos
de antigua independencia,
verteré en mis raíces
el maná de otras eras,
y esperaré con ansias
esas mañanas nuevas.
Hoy, quizás hoy
me entreguen las noticias
y brindaremos juntos
la añorada codicia
de escribir para todos:
paz, unidad, amor,
respeto, integridad, justicia,
en el gran paredón del Universo.