Supuestas Amenazas
Supuestas Amenazas

Supuestas Amenazas

Me llegaron

supuestas amenazas

cuando tus ojos, seguros,

se encontraron 

con mis rebeldes ojos

y casi pude ver,

entre tus manos

un ligero temblor

por no tenerme.

Me dí cuenta,

ahora pensativa,

que no sucumbiré

ante la entrega

porque tengo un clamor

que se te niega

desde lo más profundo

de mi misma.

 

No me duele tu espera

para nada,

puedo sentir que el llanto

se me aleja.

Pero no sucumbir

al desafío

es más por detener las horas

sin otro quehacer,

que deleitarme,

mientras pienso en tu entrega

y en mi entrega.

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