Constrita, marginal
como cualquier nota
dejada en cualquier sitio.
Leída primero,
lanzada luego
a cualquier parte.
Irreal, incontextual, mundana
perdiendo en el hoy
o en el mañana,
con las primeras letras
que me atan
a este eterno viajar
que todo abarca.
Constrita,
como quien tiene miedo
de las últimas rutas,
y avanza, sin saber,
al no retorno.
Buscando, sin hallar
la ruta, el modo
de encontrar, otra vez,
la vieja senda.
Es así: deambulando.
Encontrando en mi misma
las huellas que me ataron
a no sé qué de música
y palabras
que hicieron de mi ser
un mismo hallazgo,
y, tal vez, otra vez,
la misma fábula.