Desde siempre,
subo y bajo escalones
en mi propio desfile,
eternizando ayeres,
construyendo distintos
regresar y volver
según mis propios mitos.
Y no se aún que puerto
mirara mis desaires,
pensando que fluyeran
ideas en el aire,
que puedan respaldarme
sin medir más detalles…
Voy y vengo, cansina
sobre los mismos puertos:
asegurar mi aurora,
o morir del disgusto
de no saber qué cosa
le hace falta a la vida,
a mi misma y a tí,
que ya no sea justo…
Desde siempre, en mi siempre,
mi entonces nunca cede
traspasando memorias,
entre, cuando era quieta
alma que va sin glorias,
o aquella que clamaba
para sí las diatribas,
los ímpetus, la historia,
la música y los versas:
la savia de la vida,
lo corto de las horas
y de nuestros momentos…
Desde siempre;
ya no se lo que pasa
con mi andar sin custodia.
Voy esperando aplausos
o perdida en mi misma
como concha sin frutos
en el vasto cubil
de inseguras victorias,
sintiendo que padezco
sin penas y sin glorias…