De Repente
De Repente

De Repente

Como si no desearás almacenar

más nada,

se va yendo la pluma,

así de sola…

describiendo las cosas sentidas,

deseadas, conjugadas, hechas,

pensadas o simplemente vistas.

Ya no sabes que tanto

bramo tu lado oscuro,

su oscuridad versátil.

Ni siquiera que tanto

se impuso la simpleza

de un pensamiento puro.

No malo, no perverso,

no brillante, no bueno,

sólo puro, en esta incoherencia

que llama a cancelarnos:

no sabes, no pregonas

la eterna complejidad

de las tragedias

vividas entre actos.

Sólo mides tus espacios lineales

y escribes,

en un acto de voluntad suprema.

 

De repente:

las cadenas tan duras se hacen suaves

y, a veces, languidecen.

Ese pasear mirando

las construcciones nuevas,

los seres que ya cambian

su tempestad presente

para golpear muy fuerte

los goznes del futuro,

 y van pariendo patrias,

mientras reclaman dignos

un futuro en que nadie

les quitara lo suyo.

Dignidad dentro de la verdad,

tan grande como un templo,

o como un cielo.

Los hijos de la Tierra

almacenando frutos: de honor

y de hermandad, de trabajo de todos

que rinda para todos, del cuidado de todos

que alcance para todos, del amor

para todos,

que calme la tristeza de los siglos

de una vez para siempre y para todos.

 

De repente, escribir hoy

me hizo un poco más libre,

pensando en mi propia libertad

tan cohibida y leve.

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