Son las canciones
de tiempos idos,
mejor vestigio
de lo que fue:
las serenatas,
coros alegres,
lo que conservo
de aquel ayer.
Cuando amigables
voces cantaban
los mas sonados
versos de amor
y con sonrisas,
con toques de alma,
se le escuchaban
con gran fervor,
porque el amado,
entre guitarras
subía a la altura
de un ruiseñor.
Son los tiempos
que ya se han ido
con sus olvidos,
sus remembranzas,
sus tantos sueños,
sus tantas risas,
sus tantos logros,
sus tantas ansias,
y el gran aplauso
para el que canta,
y el gran recuerdo
para la novia,
la enamorada
tras la ventana,
que hace de versos
su gran afán…
Por esos sueños
que siempre fueron
y que algún día
regresarán.