Desde entonces camino,
nublando los recuerdos,
haciendo a mi manera
la forma de vestirlos
con cualquier traje nuevo
que rellene las paginas
de cuentos esparcidos
en un cuaderno viejo…
Desde entonces,
mi cuido de mi misma,
sin siquiera saberlo.
Me coloco en el fondo
de los zapatos viejos
que nunca se desechan
porque se espera de ellos
los pasos más tranquilos,
más suaves, más certeros…
Desde entonces,
desde que no te pongo
la camisa de culpas
o el reloj de los tiempos,
me siento más segura
de mi seguro nido,
mientras voy repitiendo
salmos que nunca oyera,
para inventar momentos…
Es así como escudo
mis propios sentimientos,
preguntando a las almas
si alguna vez tuvieron
esa sed por los sueños
que nunca fueron ciertos…
o esa hambre de vigilia,
para los pensamientos…