Como promesa rota
en este mar de leva,
la vida va en su cause
cumpliendo su tarea
de pregonar detalles
que ya asumen las eras.
Y las horas, que emanan
su grandeza en la playa,
aglutinan espumas,
bailotean y cantan
esos cantos antiguos
que provienen del siempre
marginar las corrientes
que los vientos arrean.
Como promesa cierta
en su cubil de ideas
va la luna mirando
los pasos en la arena,
de los tantos paseantes
organizando ideas.
Y la luna que pasa,
sin advertir la magia
de su paso en la arena,
mueve espumas y canta
como quien sabe todas
las historias anejas,
a veces presumiendo
incitar las mareas.