De no ser
lo que iba a ser,
yo hubiera preferido
ser la onda que busca
las orillas perdidas,
y relamiendo playas
humedece, al contacto,
su voluntad de arenas.
De no ser
lo que iba a ser,
yo hubiera perfilado
ser el instante mágico
entre fuerza y deseo y
apretar en mi puño
ese pañuelo blanco
guardado en el bolsillo
de la chaqueta triste
de los tristes momentos.
De no ser
lo que iba a ser
me hubiera contentado
con ser, en cualquier verso
que no importara a nadie,
la suma de lo nuevo,
sin la angustia del siempre;
que, entre mis sueños llevo.
De no ser
lo que iba a ser
no me hubiera importado
marcharme de mi misma,
trazada en el celaje
de otro cuerpo:
animada, aturdida,
de esa pequeña historia,
escapando sin treguas.
De no ser
lo que iba a ser
no le daría importancia
a eso que nunca pude
llegar, siquiera, a ser.