Ver
Ver

Ver

Ver pañuelos de pétalos

cayendo en tenues vuelos.

Ver la brisa que cruza

desnudando las ramas.

Ver toda la belleza

escondida de triunfos

mientras la tarde avanza.

Ver en el panorama

que se enciende de luces,

como van y navegan

las hojas que ahora vuelan

en cascadas felices,

después de las ofrendas

vertidas sobre el agua.

Ver ese rio, placido,

navega que navega, 

llegandose a la orilla

de la mar que lo espera

y recibe con gusto

la consabida ofrenda:

la corona de flores

que endulza su marea.

¿Y el río? 

El río siempre espera

llevar sobre las ondas

los pétalos que danzan.

 

Ver como aviva el aire

los aromas de floresta,

y sentir, más que ver,

las aves vueltas pétalos

en las flores que vuelan…

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