Si, ¡sigo aquí!
Con mis perdidos miedos
y ganadas victorias…
Un sol, a todas luces,
una alegría que ronda,
un quere verme libre
que a las puertas asoma…
Un trajinar de abrazos,
una alegría muy honda,
un río que regala
lo suave de sus ondas,
jugando con la brisa
al paso de las horas…
Un panorama mío,
que reclama en mi mora:
caballete y pinceles
que admiran las auroras
proponiendo un bosquejo
de luces y de sombras.
Y esos atardeceres
diciendo, cada día
lo bueno que traducen
la paz de la vigilia
¡entre color y cantos
y luces y alegrías!
Y sigo aquí:
en la zafra
de todo lo deseado
y todo lo que sobra
aunque ya no recuerde
pensamientos, ni obras…
Aquí, en este aquí
que nunca se hace tarde
cuando cuento mis horas
con lujo de detalles…
Inventando nadar
en este río profundo
donde va mi añoranza
más allá de su ronda
y la ronda del mundo…
En esa misma búsqueda
que animo mis caminos:
más allá de lamentos,
más allá del recuerdo,
más allá de mi misma
y todos mis requiebros…
Si, sigo aquí, plantada,
como un árbol ya viejo.
Sin saber si volar
es una cosa inútil,
como perder el tiempo.